De norte a sur bellas playas de pescadores se muestran vírgenes en el Pacífico ecuatoriano. Junto a puertos, poblaciones pesqueras y ciudades modernas, bosques protegidos crecen frondosos con sus húmedas y gigantescas raíces. Vestigios precolombinos y trabajo artesanal muestran la historia y habilidad de su gente. Una zona para vivir la acción de los deportes acuáticos y disfrutar deliciosa gastronomía con frutos de mar y tierra.